La revista Prisma de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges en sus números 13 y 16 (mayo de 2011 y julio de 2012 respectivamente), ha publicado algunas de mis poesías, lamentablemente, con no pocos errores en el armado editorial que afectan seriamente la lectura y comprensión del trabajo. Para aquellos a quienes pueda interesar, presento por este medio el texto completo de la selección (haikus, tankas y otros poemas), libre de errores y correctamente ordenado.
Gracias a todos.
Fernando.
EL COMIENZO
Sentado solo
ante el latente piano
tensa el vacío
desde el tiempo increado
donde acecha su voz.
ACERTIJO
Soy una artista,
veo, recreo y miento...
Soy la memoria.
En la anhelada
doble vida del sueño
me hablan de un libro
que tal vez en la muerte
me permitan leer.
La historia es de un compositor y de un conde insomne
quien le encomienda una obra mística que al fin borre
su vana insistencia de ser noble, de ser hombre,
en cada recurrente noche. Bach, piensa la orden:
“Tal vez, sea capaz de suplir al sueño otro tiempo
también cerrado, plano y suspenso en cuyo ciego
centro todo haya mutado y no nos divisemos,
donde sólo al clarear el final nos reencontremos.”
Un caminante
conoce a una mujer
en cierto puente:
el puente ahora fluye
el puente ahora es río.
Sueñas y adviertes
tu memoria en metáforas
que tú no tejes.
PARTIDA A CIEGAS
A J.L.B.
I
Un ajedrez
de legiones mentales
que son apenas
espectros de sus símbolos
atarea a dos hombres.
II
¿Cómo pretenden
destruirse esas formas
insubstanciales?
¿Quién negará su cruento
e imposible valor?
se acerca el áureo tiempo
de los efectos
sin causas, de lo incierto,
de ser sin ser ni objeto.
Nuestros recuerdos
nos olvidarán, cuando
cante el silencio.
El capitán Ahab en cubierta
La sal está en mis ojos y en mi boca,
y en la ruda pierna que ya no siento.
La luna profana con su terrible color
el velamen glorioso de la noche.
¡Oh inmenso mar, hazte para mí traslúcido!
pero no quiero tus naufragios ni tus ciudades inmóviles,
yo persigo el absoluto que apesta de blanco
y sólo me orienta mi enloquecida brújula.
Conozco mi destino y el de mis hombres:
como sábanas pacientes nos esperan las olas.
¡Oh inmenso mar, hazte para mí traslúcido!
he templado mi arpón en elementales piras insomnes.
Sueña el órgano
una fuga sin tiempo
que sólo se oye
en la contemplativa
vida de los vitraux.
¿Qué es recordar?
Es profanar tu propio
sepulcro inquieto.
Soy la tortuga
que tú, alado lector,
jamás alcanzas.
Crees vislumbrarme en mi obra.
Tarde, no estoy allí.
“mansión y santuario del sueño”
Duermo a tu lado,
en el palacio de Hýpnos,
y soñar suelo
que me duermo a tu lado,
en el palacio de Hýpnos,
y que despierto
-sólo se admite el sueño-,
y que te beso.
Suele haber crueles sueños,
en el palacio de Hýpnos.